Rayos y centellas. Para guarecerse, el hombre trepa un rayo y va subiendo hasta legar a la nube y, de un salto, se monta en la cima. Ahora solo llueve debajo de el. Hay elecricidad y lluvia pero el está protegido. No es esta la suerte que corrrrren los prisioneros. Pero este es un hombre libre en la noche azul. Escampa. Ahora de un salto a tierra. Cae mal y se fractura el cráneo. En esa noche de luvia, con lo que parecía una suerte asombrosa, el hombre muere.
Alguien vio todo esto y lo pintó en un lienzo. El hombre ahora es un ser extraño y desconocido que todos miran el pasar
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