jueves, 30 de mayo de 2013

VENGANZA

   ...Un dìa, sin saber què hacer, se dedicò a recoger los pedazos de tela que aquella vez, preso de la euforia, habìa ido regando por los corredores.Como eran tan pequeños, ni siquiera los habìa considerado cuando construyò el muñeco que ahora ocupaba su lugar en la cama del Amo. Uno a uno los levantò del suelo y la niebla de su cabeza se fue disipando. De entre un mar de imàgenes, dos fueron hacièndose cada vez màs nìtidas.
   Recordò que una vez alguien lo dejò morir en un terremoto; que increiblemente no dejò de dominarlo ni siquiera para salvar su propia vida. Otra vez, un escritor que se refugiaba en rojos espacios, lo mantuvo en la zozobra de arrebatarle la existencia que antes le habìa dado.Recordò sus nombres: Glen, el novelista, y S, el escritor. Contra ellos enfilò su odio y quiso encontrarlos para oligarles a confesar quièn era el que ahora lo dominab.Pero nada serìa posible si no lograba salir del encierro
   Recorriò los pasillos desesperadamente por dìas y dìas, mientras cada noche su Amo seguìa su ritual con el muñeco que lo habìa salvado a èl de la màs terrible humillaciòn.
   Un dìa se abrazò a su Amo para desvanecerse con èl en la frontera invisible que circundaba la casa. Pero estaba escrito que no le serìa dado salir: abrazado a la espalda del Amo, acabò quedàndose inexplicablemente solo . Recordò la petulancia de Glen y el sobretodo de S. Ambos,aunque con màs poder, habìan compartido con èl esos misteriosos espacios.: ellos no eran los verdaderos culpables.
   Comprendiò  la Verdad que buscaba se extendìa màs allà de su mundo y su razòn, servìa de refugio a sus autènticos verdugos.
   Como todos los dìas, rellenò el muñeco y se sentò frente la màquina de escribir y, con sus dedos heridos, lo escribiò todo. Y desde allì, desde las palabras, jurò venganza.